Mauricio Schoklender y su esposa Cristina tenían la vida perfecta: tres hijos: Sergio (23), Pablo (20) y Valeria (18), él trabajaba como ingeniero y director de la firma Pittburg & Cardiff con lo que tenía una vida holgada y ella era ama de casa.
Sin embargo toda esa vida ideal de pelicula hollywodense o propaganda de Coca Cola se cayó como una máscara el 30 de mayo de 1981 cuando efectivos policiales hallaron los cuerpos de los padres en el baúl de un auto y los asesinos fueron sus propios hijos, Sergio y Pablo.
En el juicio los hermanos relataron que su padre era homosexual y que gran parte de los cuantiosos ingresos de la familia provenian del tráfico de armas, y que su madre era alcohólica y solía abusar sexualmente de Pablo.Relataron también que el 29 de mayo, luego de la cena de cumpleaños de Sergio, cuando volvieron a la casa, su madre, bebida por la fiesta, se metió al cuarto de Pablo y que este se refugió en la cocina, donde se encontraría fatalmente con su hermano.
Cuando Cristina entró a la cocina Pablo le reve ntó la cabeza de un golpe con una barra de 20 kilos y su hermano la estranguló con una cuerda de Yute.
Cuando la vieron muerta fueron al cuarto donde el padre dormía, Pablo volvió a romperle el cráneo y Sergio a últimarlo ahorcado.
Cuando acabaron metieron los dos cuerpos en bolsas de consorcio, los arrojaron en el baúl del Dodge Polara color ladrillo y los abandonaron frente a un edificio en Coronel Diaz 2500.
El 30 el encargado de ese edificio vió salir sangre del baúl de ese auto y llamó a la policía. Luego del hallazgo se dictó inmediato pedido de captura para los hijos prófugos. Al mayor lo detuvieron 5 días después en la terminal de Mar del plata y a Pablo en Ranchillos, Tucuman.
En un primer momento el 12 de marzo de 1985, Sergio protegió a Pablo, se cargó toda la responsabilidad y fué condenado a perpetua por el juez Juan Carlos Fontela, que absolvio a su hermanito.
Pero ese fallo fué revocado poco después. El 7 de abril de 1986 la cámara de apelaciones cambió la absolución por perpetua y dictaron pedido de captura.
Lo hallaron en 1994 trabajando en Santa Cruz de la sierra, Biolivia, con identidad falsa. El 14 de mayo de ese año, mientras estaba preso por un cheque sin fondos, lo capturaron. Estaba casado y había tenido una hija.Lo extraditaron y lo condenaron a perpetua.
Ana Valeria Schoklender se fué del país, cambió el nombre y desapareció. Sergio Schoklender estudió psicología y derecho en la carcel y logró la libertad condicional el 28 de noviembre de 1995 por la ley de sumarle dobles los años que estuvo detenido sin condena firme. Pablo la logró en 2001.
Ambos se fueron a trabajar a la asociación Madres de Plaza de mayo donde Sergio llegó a apoderado. Ahora los acusan de lavado de dinero.
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