EL CONDE DE MONTECRISTO

La novela comienza con un joven Edmundo Dantés que regresa a Marsella a cargo del barco El Faraón. Tiene 19 años y quedó a cargo del barco luego de la inesperada muerte del capitán Le Clerc, quien antes de morir le encarga a Edmundo, que pare en la Isla de Elba, donde esta exiliado Napoleón, a buscar una carta que debe ser entregada a un bonapartista en Francia. El armador Morrel nombra como nuevo capitán a Edmundo, esto provoca la ira de su compañero Danglars, quien se une a otro enemigo de Dantés, Fernando quien está enamorado de su prometida Mercedes, y planean denunciarlo como bonapartista. Durante el almuerzo previo a su boda Edmundo es detenido. Villefort, el procurador decide condenarlo a pesar de saber que era inocente porque la carta que el capitán Leclerc le había dado para que Edmundo la entregue a un bonapartista podría comprometer su honor, dado que estaba a dirigída a su padre el sr Noirtier. Dantes es trasladado a la prisión en el Castillo de If. Allí pasa diez años preso, hasta que por fin consigue escapar haciéndose pasar por muerto, con la ayuda de un compañero, el abate Faria, quien realmente había muerto y quien le dejara como herencia un tesoro enterrado en la isla de Montecristo. Con ese dinero se convierte en el conde de Montecristo y decide volver a Marsella y planear su venganza. Tomando distintas personalidades consigue averiguar los pasos de todos aquellos que lo traicionaron y así va vengándose de uno a uno: deja morir a Caderousse, un vecino que podía haber evitado que lo encarcelen pero no lo hizo; secuestra a Danglars y lo deja en bancarrota; contando los motivos por los que fue apresado logra que Mercedes se separe de Fernando, y tanto su hijo como ella lo abandonan, por lo que Fernando decide suicidarse; y finalmente, denuncia que Villefort enterró vivo a un hijo extramatrimonial, su esposa e hijo se suicidan por lo que Villefort enloquece.