El líder se llamaba Vernon Howell, pero pasó a la posteridad como quiso llamarse, David Koresh. Sus seguidores eran los denominados “Davidianos”. Pertenecían a la rama de adventistas del séptimo día, una secta protestante apocalíptica disidente de la iglesia adventista del Séptimo día. Los Davidianos se caracterizaron por su desconfianza hacia el mundo exterior al cual veían como una amenaza contra la que debían armarse…literalmente.
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Koresh fué el líder del grupo de Monte Carmelo desde 1978 hasta que muere en 1993 asediado por el FBI por tenencia de armas ilegales y violación de menores. El grupo consideraba que vivía en un momento en que las profecías cristianas del juicio final estaban por llegar y su líder, autoproclamado reencarnación de Cristo, apoyaba sus creencias con interpretación bíblica detallada, interpretando todo el contenido de la Biblia a través del Apocalipsis. Mientras lo hacía en su condición de Mesías tenía acceso a las niñas y adolescentes del grupo incluyendo su esposa Rachel de sólo 14 años, hija de un antecesor en la secta. Un periódico de Texas tenía datos sobre que había abusado de niños en el rancho y estaba en proceso de publicar una serie de alegatos cuando el grupo fue cercado. Koresh era abiertamente partidario de la poligamia en su propio caso y algunos otros miembros selectos del grupo.
Para esperar el fin de los tiempos preparados los davidianos tenían una gran cantidad de armas automáticas, cuya posesión está permitida por la ley de Texas y efectuaban prácticas de tiro. En 1992, las autoridades federales, tras recibir información de que estaban produciendo ametralladoras, decidieron abrir una investigación. A final del mismo año, sospechando que la secta había convertido ilegalmente armas semiautomáticas en automáticas, se abrió una caja destinada a los davidianos que resultó contener granadas de mano. La caja volvió a ser cerrada y entregada, pero se usó como prueba para obtener una orden judicial contra la secta.
La paradisíaca vida del nuevo Jesus se cortó para cuando una serpiente se introdujo en su Edén bajo la forma del Departamento de Alcohol,tabaco y armas de Estados Unidos, que el 28 de febrero del 93 organizó una redada en el rancho de los davidianos en una zona rural cerca de Waco, Texas. La redada fue llevada a cabo debido a la supuesta presencia ilegal de armas en la propiedad, dando como resultado la muerte de cuatro agentes y cinco davidianos
Los agentes se acercaron al rancho en camiones camuflados como camiones de ganado, y de alguna manera comenzaron los disparos. Los davidianos habían fortificado la zona y la policía no logró ingresar, por lo que finalmente, tras retirarse, intentaron establecer contacto con Koresh. El FBI tomó el mando poco después del ataque inicial y, durante los siguientes 51 días, se intentó presionar a los miembros para que se rindieran. La zona comenzó a ser aislada y se usaron amplificadores para hacer llegar sonidos al edificio usando una táctica de guerra psicológica No dudaron en, por ejemplo, cortarles la luz, el agua y la llegada de alimentos, al tiempo que, llegada la noche, potentes reflectores barrían las ventanas del rancho, para impedir el más mínimo descanso de los sitiados. Pero no contaron con lo más importante: la presencia allí de bomberos y ambulancias por si algo ocurría y que tan necesarios hubieran sido para evitar la tragedia. Por su parte los Davidianos recurrieron a la horda de medios usando pancartas desde lugares altos, pidiendo la ayuda de personas ajenas a las fuerzas gubernamentales y videos en que los niños se sentaban junto a Kosher y preguntaban a los policías porqué iban a matarlos.
. Los siguientes 51 días de cerco terminaron el 19 de abril. Ese día a las 5:30de la madrugada, usando de excusa el abuso de niños dentro del complejo asediado vehículos armados con armas de gas se acercaron al edificio y derribaron uno de los muros. Algunos de los miembros de la secta de los davidianos, caídos desde las ventanas, fueron inmediatamente arrestados por agentes del FBI, pero la mayoría seguían dentro mientras el ataque era retransmitido mundialmente.
El gobierno declaró que el fuego fue intencionadamente provocado por Koresh y sus seguidores como un acto suicida, pero los supervivientes aseguran que fue causado por las granadas de gas inflamable que el FBI arrojó al interior del edificio.
La autopsias revelaron que algunas de las mujeres y niños encontrados bajo los restos de un muro de cemento de un almacén murieron de heridas en el cráneo. El muro fue derribado por uno de los vehículos que penetraron la estructura mientras esparcía químicos no letales. Fotografías de algunas de las autopsias muestran cuerpos de niños en poses espásmicas, más parecidas a la intoxicación por gas.
Ese dia cuando el ejército logró entrar se encontró con los cuerpos carbonizados de 67 adultos y 17 niños, también el de Koresh, cuyo cadáver tenía un tiro en la frente y yacía junto a los suyos. Los adultos sobrevivientes fueron sentenciados por crímenes, pero se redujeron las penas de la mayoría o se anularon las condenas.
Los davidianos continúan ocupando la zona y han construido monumentos para conmemorar las muertes.
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