El 13 de septiembre
en el congreso nacional aprobaron una ley que establece que el
Ministerio de Educación, a través del Consejo Federal, deberá establecer reglas
para prevenir la conflictividad en las escuelas, entre ellas el bullying
En el equipo Bullying Cero
Argentina definen al bullying como "una conducta de hostigamiento o
persecución física o psicológica que realiza un alumno contra otro, a quien
elige como blanco de repetidos ataques". Aclaran que el hostigamiento entre
pares no sólo se da en la escuela, sino que puede ocurrir en cualquier lugar
donde haya un grupo que comparte varias horas, como un club o una iglesia. Y
que el bullying "siempre es contra una persona concreta y no contra un
grupo. Si fuera así, sería considerado una pelea entre pandillas". Flavia
Sinigagliesi, psicóloga del equipo, explica en la página de Facebook de la red
que el acoso "tiene que ser repetido y sostenido en el tiempo. Una pelea
ocasional o por un tema puntual no es bullying".
La especialista detalla que el
bullying tiene varios protagonistas: el hostigador (es el que idea el
hostigamiento y no siempre el que lo ejecuta); el hostigado; los seguidores
(los que apoyan al líder y muchas veces ejecutan el hostigamiento), los
espectadores (que pueden sólo mirar, reírse de lo que pasa o intentar
detenerlo); el personal de la escuela (quienes deben detectarlo e intervenir) y
los padres (responsables de detectar cambios en sus hijos y conversarlo con las
autoridades del colegio).
La nueva norma que sancionó el Congreso prevé la creación de instancias
de participación donde docentes, padres y alumnos puedan prevenir y solucionar
situaciones violentas. Los alumnos tendrán un espacio donde puedan plantear sus
problemas, los docentes podrán intervenir y los padres no se quedarán afuera:
pasan a tener un rol activo en la resolución de conflictos.
Y, también, establece que habrá
sanciones para el bullying, que serán educativas, graduales y progresivas,
atendiendo el contexto y garantizando el derecho a la educación, por lo cual
las autoridades de la escuela tendrán que buscarle otro establecimiento donde
estudiar al acosador, si como medida extrema se decide su expulsión. El
Ministerio de Educación ya está trabajando en una guía con pautas claras para
que los docentes. Y también deberá habilitar una línea telefónica gratuita para
que aquellos que no se animan a contar lo que les pasó o sientan que la escuela
no los escucha.
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